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EDUCACION

17 de noviembre de 2025

Un hito histórico en Chaco: logran semen de toro Holando Argentino en Taco Pozo

Todo comenzó con dificultades y trabas que parecían un verdadero drama. Pero eso se convirtió en una posibilidad.

Ante las dificultades logísticas para realizar inseminaciones artificiales en el vértice oeste del Chaco, justo en el límite con el equipo decidió trasladar un ternero de cinco días de nacido de la raza Holando Argentino, desde el tambo de la Escuela Agropecuaria N° 40 de Du Graty hacia Taco Pozo.

El animal se adaptó exitosamente al entorno y, al cumplir los 24 meses, se tomaron muestras de semen de excelente calidad, las cuales pudieron ser congeladas con el apoyo de una empresa privada.

“El paso siguiente fue reunirnos con productores de la zona para compartir este material genético que demostró una gran adaptación al ambiente local”, explicó en diálogo con Agroperfiles Radio el profesor Pablo Marini, de la cátedra de Lechería de la Universidad Nacional del Chaco Austral.

La idea, dijo, es que los productores (algunos con tambos pequeños y otros con apenas unas pocas vacas de ordeñe) puedan introducir este material en sus rodeos y así mejorar la calidad de sus animales sin perder la rusticidad necesaria para el oeste chaqueño.

En un avance científico y productivo que marca un antes y un después para la ganadería regional, la Escuela de Educación Agrotécnica (E.E.A.) N° 51 de Taco Pozo ha puesto a disposición pajuelas de semen de Toro Holando Argentino específicamente desarrollado y adaptado para las condiciones del Subtrópico.

MARINI: “ES UN LOGRO IMPORTANTE”

El profesor Pablo Marini, titular de la cátedra de Lechería de la UNCAUS, relató una experiencia destacada que se llevó adelante junto a estudiantes y productores de la zona oeste del Chaco, en la escuela N° 51 de Taco Pozo, donde se logró un importante avance en materia de genética adaptada a las condiciones locales.

Según explicó al programa Agroperfiles Radio, el proyecto comenzó con la instalación de un pequeño tambo con tres vacas norteñas y sus crías, con el objetivo de fortalecer el aprendizaje práctico y promover el desarrollo lechero en una región donde las condiciones climáticas y de alimentación son especialmente desafiantes.

INTEGRAR LAS ESCUELAS AGROPECUARIAS

El docente destacó además que esta iniciativa permitió fortalecer la integración entre las escuelas agropecuarias de la provincia, promoviendo la cooperación y el aprovechamiento de los recursos disponibles.

“Queremos que cada escuela pueda contar con su propio toro y que, a la vez, ese material genético sea compartido con los productores de la región”, remarcó.

Marini subrayó que este tipo de experiencias marcan un camino posible para que la lechería en el Chaco crezca y se consolide, respetando siempre la adaptación y resiliencia del ganado a los ambientes difíciles del oeste provincial.

El referente de la cátedra de Lechería destacó la importancia de revalorizar los recursos locales y construir un modelo productivo adaptado al subtrópico, en lugar de copiar sistemas ajenos que no se ajustan a las condiciones del Chaco.

DESARROLLAR UN MODELO PRODUCTIVO LECHERO

 “Nosotros creemos en valorizar lo propio. Tenemos que desarrollar un modelo productivo lechero de subtrópico, y hacia eso caminamos”, expresó. En esa línea, explicó que, desde la universidad, las escuelas agropecuarias y junto a empresas privadas, vienen generando información propia para tomar decisiones basadas en la realidad productiva local.

Durante las charlas con productores previas a la venta del semen obtenido en Taco Pozo, surgieron preguntas habituales sobre la cantidad de litros de leche que podría aportar una vaca.

ADAPTABILIDAD Y SUSTENTABILIDAD

Sin embargo, Marini subrayó que la productividad no debe medirse solo en litros, sino también en adaptabilidad y sustentabilidad económica. “No podemos comparar una vaca del sur que produce 40 o 45 litros por día en sistemas intensivos con una vaca del subtrópico. Nuestros valores son otros, y lo importante es que la vaca se adapte, produzca sin altos costos y sin exigirle más de lo que el ambiente permite”, explicó.

El docente remarcó que el objetivo del trabajo con el toro adaptado a Taco Pozo es precisamente mejorar la genética sin perder la rusticidad. “Ese toro va a mejorar las condiciones de producción, pero no exageradamente, porque si la exigimos demasiado, terminamos perjudicando tanto a la vaca como al productor”, señaló.

UN NECESARIO CAMBIO DE MENTALIDAD

Marini también hizo hincapié en la necesidad de cambiar la mentalidad productiva, especialmente entre los jóvenes. “Hay que dejar atrás la idea de que todo en el campo debe ser sacrificio.

Este es Bartolo, al que lo llamaron TacoBart 51, quien producirá semen para inseminación artificial

 

El productor debe tener tiempo libre, calidad de vida, y sistemas simples que acompañen la economía familiar”, sostuvo. Puso como ejemplo el establecimiento de Taco Pozo, donde el modelo implementado demuestra que se puede trabajar con tambos pequeños, de 10 o 15 vacas, incluso ordeñando una sola vez al día y generando productos derivados para la venta.

“El modelo lechero del subtrópico no es el de la Pampa Húmeda con mil vacas, aclaró. Es un modelo más familiar, diversificado y sostenible, que puede integrarse a otras producciones rurales.”

Además, aseguró que este enfoque es clave para reconvertir la producción y garantizar alimentos de origen lácteo a las comunidades chaqueñas. “Creemos que es posible. Es cuestión de mirar hacia adentro, valorar lo nuestro y seguir construyendo desde ahí”, concluyó.

ACOMPAÑAR AL PEQUEÑO PRODUCTOR

Marini destacó que uno de los pilares fundamentales para consolidar la lechería en el Chaco es el acompañamiento constante al productor, una tarea que va mucho más allá de la asistencia técnica puntual.

“Nos damos cuenta de que el acompañamiento es necesario, enfatizó. No alcanza con llevar una ordeñadora, dar una charla o facilitar la compra de dos vacas. El productor necesita sentirse acompañado en todo el proceso, porque hay muchas cosas que pasan en el día a día y que pueden frenar su avance si no hay un seguimiento cercano.”

APRENDER DE LA EXPERIENCIA DE OTROS

Marini recordó su experiencia en Uruguay, donde existe una cooperativa nacional que centraliza la actividad lechera y en la que “todos los productores son visitados mensualmente por asesores”.

Según explicó, ese modelo demuestra que la presencia permanente de técnicos y profesionales no solo aporta conocimientos, sino también confianza y contención. “El acompañamiento no es costoso, pero sí es clave para que el productor vea que hay respaldo, que hay un equipo detrás de un mismo objetivo y que no está solo”, señaló.

ES ESENCIAL EL APOYO

El docente remarcó que este tipo de apoyo resulta esencial en un proceso de reconversión productiva, donde se busca cambiar hábitos y formas de trabajo para adaptarlas a un modelo más sostenible y acorde al clima subtropical chaqueño.

“Nosotros, desde la universidad, con las empresas privadas y las organizaciones intermedias que nos acompañan, vamos avanzando con lo que podemos, pero con una visión clara a largo plazo: que la lechería vuelva a tener un lugar importante en la provincia, valorando lo propio, respetando el ambiente y fortaleciendo la economía familiar”, concluyó.

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