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Por Javier Hernán García
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Junio de 2015. Eligió no ir por la gloria de conquistar América. Aquella vez,la oferta de Cruz Azul pudo más. Ariel Rojas pudo haber sido campeón de América, pero él no quiso. Pieza clave del River modelo 2014/15 de Marcelo Gallardo, el Chino eligió irse "dejar bien" al equipo y cambiar de aire, justo días después de haberla dejado chiquita ante el Cruzeiro, en el recordado "Mineirazo", momento top del ciclo del Muñeco en Núñez.

Enero de 2017. No pasó mucho tiempo y es el propio Rojas el que ahora vuelve, pide perdón ("me equivoqué de la forma en que me fuí") y sueña con que ahora sí se le de el objetivo y pueda ser campeón de América: en la cancha y jugando hasta el final.

Gallardo le volvió a abrir la puerta por dos motivos fundamentales: sabe lo que le puede dar, no tiene hoy un jugador que genere fútbol a excepción de Ignacio Fernández. Pero lo cierto es que el DT no había quedado muy feliz con el Chino cuando dejó a River en semifinales de América, todavía con mucho por delante.

Un poco de historia
Llegó como uno de los refuerzos de River para afrontar su regreso a Primera División, en el receso 2012 y con Matías Almeyda como DT. El Chino desembarcó en River, junto con un tal Carlos Sánchez. Le costó. Y mucho al principio. Con el Pelado no hizo pie, pero el Pelado que le sucedió, de nombre Ramón, sí le encontró su lugar en el campo. Primero había jugado por izquierda, hasta sacarle el puesto al Malevo Ferreyra. Pero cuando el riojano trajó a Leonel Vangioni, se corrió al lado de Ledesma. Y ahí se asentó y demostró lo que valía, cuando ya los hinchas lo miraban medio de costado.

Ahí mostró todo lo que era capaz de hacer. Todo lo que River fue a buscar en él. Ramón lo acomodó al lado el Lobo y edificó un doble 5 clave para ganar ese campeonato. Pero Ramón un día se fue y Gallardo sacó a Rojas de "al lado del 5" y lo corrió más a la izquierda, con más responsabilidades ofensivas y con Vangioni, decididamente, marcando el lateral izquierdo. 

Ese 2014 y parte del 2015 que estuvo en River con Gallardo como DT, fueron los mejores del Chino Rojas. Campeón de la Sudamericana 2014, campeón de la Recopa 2015, y pieza clave del andamiaje de un River que ya empezaba a pisar fuerte de la mano del Muñeco. Sobre la izquierda, dándole una mano a Kranevitter-Ponzio y dejando que, por la derecha, vuele Carlín Sánchez. 

Luego del mágico 3-0 a Cruzeiro en Brasil, a domicilio, Rojas tomó la decisión de irse. Atrás quedaban cuatro títulos (contando la Superfinal vs San Lorenzo,con Ramón Díaz), dos goles oficiales (a Independiente y a Rafaela) y uno no oficial (golazo de chilena a Racing). Parecía que era un adiós para siempre. Sin embargo, ahora, con Gallardo todavía como DT, Rojas volvió. ¿Es la solución a los problemas actuales de River? Mmm.

Por lo pronto, aquel plantel estaba mucho mejor armado y balanceado que el actual. De aquel mediocampo sólido, sólo queda Ponzio. Ya no está Kranevitter pero, fundamentalmente, River extraña horrores a Sánchez. Anhela un "8", puesto en el que hoy tiene a Nacho Fernández, que está aprendiendo el oficio.

¿Dónde jugará?
Rojas podría darle una mano a Ponzio en el medio o tirarse más a la izquierda, lugar por donde el Pity Martínez siempre intentó reemplazarlo y nunca lo logró. Si bien son muy distintos, lo cierto es que el ex Huracán no llenó el vacío que dejó el Chino cuando se fue. Incluso, teniendo mucho más gol que él (11 contra 2, oficiales). 

Lo que sí es cierto es que Rojas podría resolver uno de los mayores problemas del River actual: sin Andrés DAlessandro, Nacho se quedó sin una segunda guitarra. Sin un socio. Sin alguien que lo entienda y lo pueda ayudar. El Chino parece el ideal para ese puesto, por que hablan el mismo idioma futbolístico y porque Ponzio no sabe cómo y Pity Martínez parece que tampoco. Entonces, él asoma como clave para ese lugar.

Así como Gallardo lo sacó del centro del campo y lo corrió a la izquierda, encontrándole un lugar, ahora deberá hacer lo mismo. Habrá que ver si esta vez Rojas recorre el camino opuesto (no son pocos los que lo ven parado en el medio junto a Ponzio), ya que al DT siempre le costó sacar al Pity.

Lo concreto es que una vez más, aquel refrán que dice "El que se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen". Habrá que ver si Rojas es la solución. Está lejos de ser un súper crack que resuelve todo, pero sí puede potenciar un mediocampo, incluso un equipo, porque puede ser usina, porque es inteligente e incluso, tiene una buena pegada. River había perdido todo eso cuando el Chino se fue, ¿lo recuperará ahora? 

Dos jugadas que pudieron cambiarlo todo
A veces pasa desapercibido, pero Ariel Rojas jugó con el destino de River en dos oportunidades. Primero, cuando cometió un penal insólito cuando el equipo de Ramón Díaz vencía 3-2 a Racing en la 17ma fecha del Torneo Final 2014. Rojas le metió la mano a un centro y el árbitro cobró penal. Leandro Chichizola se agigantó y le tapó el penal a Saja. Si Racing empataba, River no hubiese alcanzado a Gimnasia en la cima y no hubiese, quizás, conseguido el campeonato que lo depositó en la Superfinal, que a su vez le dio el pasaje a la Copa Sudamericana 2014. Al finalizar el partido, Rojas dijo: "Si salimos campeones le voy a comprar algo a Chichizola". Pero no fue el único momento donde Rojas jugó con los corazones de los hinchas de River.

En la semifinal de la Copa Sudamericana 2014, fue él quién le cometió el penal a Meli a los 25 segundos del Superclásico de vuelta, en el Monumental. No lo vio venir y cometió una falta clarísima. Luego, Marcelo Barovero se convirtió en el héroe de los hinchas de River y mandó al exilio -literal- a Emanuel Gigliotti. En caso de haber sido gol de Boca, River hubiese tenido que convertir dos goles. Y la historia diría que ese penal había sido una "torpeza" de Rojas. Como aquella mano ante la Academia. Muchos dicen que el fútbol se hace de detalles. Y Rojas puede dar fe de ello. Pasó del infierno al cielo en cuestión de segundos.